Pedagogía Summerhill

 

Summerhill es una escuela inglesa fundada en mil novecientos veintiuno por Alexander Sutherland Neill. Es una de las vanguardistas en el movimiento de las Escuelas Democráticas. Atiende a niños de educación primaria y secundaria. Hoy en día la directora es la hija de A.S. Neill, Zoë Neill Readhead.

Una escuela democrática se identifica por 2 principios básicos: la posibilidad de que los pupilos escojan si desean acudir a clase y la activa de las reuniones, donde todos participan, para decidir las normas de la escuela.

También hay un libro que escribió Neill sobre esta escuela, titulado como , Summerhill, donde se explica detalladamente el funcionamiento de el centro docente. Posteriormente se reeditó con un nuevo nombre, “el nuevo Summerhill”. Esta versión es más veraz que la anterior, que por presiones externas a Neill se vio modificada por poseer algunos puntos políticamente incorrectos en la sociedad de la época.

Neill establece que la primordial meta de una escuela ha de ser socorrer a sus alumnos para que estos sean capaces de localizar la felicidad propia y es por eso que propone un modelo muy, muy diferente al de las escuelas tradicionales, que según él solo logran promover una atmósfera de miedo. A fin de que una persona sea feliz necesita primero ser libre para elegir su propio camino. De ahí que que renuncia a cualquier tipo de autoridad ética o jerárquica y jerarquía.
En Summerhill, ningún adulto tiene más derechos que un pequeño, todos tienen los mismos derechos. Todos han de ser libres, entendiendo la libertad como una construcción colectiva. La libertad no acaba cuando comienza la del otro, como defendían los iluministas, la libertad precisa que todos sean libres para existir.

La pedagogía tradicional supone que los niños tienen una tendencia natural al egoísmo, siendo necesaria una interferencia déspota por parte de la familia y la escuela, para desarrollar el altruismo. Summerhill una parte del mismo supuesto mas no llega a las mismas consecuencias: el niño es egoísta mas ese egoísmo no es malo en sí mismo. El egoísmo infantil es una etapa del desarrollo del niño (tesis acorde con las investigaciones del psicólogo suizo Jean Piaget) que si se desarrolla naturalmente desemboca en el altruismo; hay un instante en el que el pequeño precisa de los demás y entonces su propio egoísmo le abre a la comunidad. Inculcar a los pequeños principios altruistas antes que sean capaces de asimilarlos solo produce individuos miedosos y también hipócritas. Es decir, la educación tradicional yerra en esa interferencia déspota, sin percibir que es justamente ese género de interferencia la que nutre aquello que identifica como inconveniente. Según Neill es solamente a través del temor como se puede procurar forzar el interés de alguien.

En esa escuela todas las reglas de convivencia y soluciones a los problemas que brotan en el cada día son resueltas en una asamblea que ocurre semana a semana, donde cada persona sea pupilo, profesor o bien funcionario, tiene derecho a charlar y votar, manteniéndose el principio de que todos y cada uno de los votos valen lo mismo. Las reglas de la escuela son construidas entre todos, todos se sienten parte del colectivo y se empeñan en mejorarlo. Un buen ejemplo de eso son los castigos protegidos por la Reunión. En una ocasión, un pequeño, que no tenía dinero para tener su propia bicicleta, cogió una de otro niño para dar una vuelta y acabó estrellándola. el castigo por coger los pedales de la bici de otro pequeño, que supuestamente no la cogía, fue acatar una multa, que consistía en no poder salir el fin de semana de paseo con esta, sin embargo, al ser muy duros, todos y cada uno de los jóvenes se concienzaron y lo ayudaron a adquirir unos pedales nuevos, de esta forma pudo irse con ellos.

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